miércoles, 18 de abril de 2018

Abajo el tarifazo


Participemos del “ruidazo” contra los aumentos e impulsemos el paro activo nacional en defensa del salario.
 
 
Abajo el tarifazoEl aumento en la tarifa del gas del 40% en abril –justo antes del invierno– se suma a la seguidilla de tarifazos que viene produciéndose desde comienzos de año. La luz aumentó un 28% en enero, mientras que el transporte va a acumular una suba de hasta el 70% hasta el mes de agosto.
Este golpe al bolsillo y al salario se suma al de la carestía general, encabezada por los alimentos. Como consecuencia de ello, en tres meses el costo de vida ha subido un 7%, la mitad de la mentirosa “meta de inflación” del 15% anunciada a comienzos de año.
El gobierno, que se declara “preocupado” por la inflación, es el responsable directo de esta escalada. Ha asegurado que se le pague a los monopolios petroleros un precio del gas que triplica a su valor internacional, para asegurarles beneficios extraordinarios.
Es el mismo gobierno que resolvió que las tarifas de los combustibles se coticen a valor dólar, y que el valor de las naftas siga al precio internacional del petróleo. Ello, a pesar que el trabajo de extraer y producir combustibles se paga en pesos.
Como consecuencia de toda esta confiscación, los trabajadores argentinos están destinando uno de cada cinco pesos de sus ingresos al pago de servicios públicos.
Han armado una gran confiscación de los trabajadores y consumidores en beneficio de un puñado de pulpos petroleros, de monopolios del transporte o concesionarios del peaje. A pesar de esa enorme transferencia de riqueza social, la producción petrolera ha caído, y la de gas, en la mayoría de sus cuencas, también. Lo mismo puede decirse de las distribuidoras de energía, que siguen asolando a la población con cortes de luz.
Los gobernadores provinciales de todos los signos han seguido esta línea de tarifazos, a la que se asocian con los impuestos provinciales confiscatorios que le imponen a las boletas de servicios públicos.
El repudio al tarifazo ha “despertado” a algunos aliados del gobierno –como Carrió o los radicales– que intentan despegarse de este mazazo. Piden que se revisen las boletas “mal calculadas”. Pero se cuidan muy bien de cuestionar el corazón de este régimen expoliador, que debutó con aumentos del 400 y 500% en 2016 y luego dolarizó las tarifas. Lo mismo puede decirse del kirchnerismo, que plantea retrotraer los tarifazos “al 2017”, o sea, dejando pasar los grandes aumentos anteriores.
El Partido Obrero plantea: los tarifazos deben retrotraerse integralmente. Hay que abrir los costos y libros de las privatizadas y contratistas a la consideración popular, para que se conozcan sus verdaderos números y el gran desfalco contra el pueblo. El reconocimiento de ese saqueo debe dar lugar a la nacionalización integral de estos servicios, bajo control de sus trabajadores.
Las centrales obreras, al igual que lo hacen con el salario o los despidos, miran para otro lado en la cuestión del tarifazo. Es necesario integrar este reclamo al de toda la agenda de la clase trabajadora –paritarias sin techo, basta de despidos– en la lucha por un Congreso de bases de todos los sindicatos, para resolver un plan de lucha hasta derrotar la escalada oficial contra el salario, la carestía infernal y por el derecho al trabajo.

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