viernes, 29 de marzo de 2013

La oposición gráfica protagonizó una gran movilización por la paritaria



El histórico edificio de Paseo Colón donde alguna vez funcionó la CGT de Los Argentinos, sede de la Federación Gráfica Bonaerense, fue prácticamente “sitiado” por una estruendosa movilización de centenares de trabajadores de AGR-Clarín, Morvillo, Donnelley, World Color, Impresores, Interpack, Balbi, New Press, Cedinsa, Print Pack, Ipesa y Crónica, convocados por las agrupaciones opositoras.
La columna poblada de banderas de talleres, bombos y pancartas fue encabezada por un gran cartel que rezaba: “plan de lucha por el 35% de aumento, abajo el impuesto al salario”; por este reclamo, además de la exigencia de un plenario de delegados (un verdadero plenario no se hace desde el año 1.988) y la actualización del convenio, presentamos a la directiva más de 1.200 firmas recogidas en una veintena de talleres.
La iniciativa de la Naranja, que fue acompañada por la Bordó, buscó quebrar la política de exclusión de todo debate colectivo de que somos objeto desde hace décadas. La violación de la mentada “organicidad del sindicato” es una responsabilidad de la conducción que sistemáticamente separa de cualquier reunión a las internas opositoras y hasta críticas de la línea oficial, para servirse de algunos delegados como cobertura a sus manejos inconsultos.
Como le expresamos al secretario de organización que recibió  a una delegación de dirigentes de ambas agrupaciones “el contexto de inflación imparable, tarifazos y devaluación en curso requiere un plan de lucha de todos los gráficos que pueda romper el techo reclamado por las cámaras y el gobierno”.
Y en efecto, la acción desplegada por la Naranja y la Bordó refuta la idea tantas veces invocada de que la base no respondería a una propuesta de lucha. Lo que falta es la voluntad política de la directiva de echar mano a los recursos institucionales y organizativos de que dispone para activar las reservas combativas del gremio, que son enormes.
Un debate particular se dio en torno al impuesto a las ganancias. En nuestro último volante polemizamos con los dichos del secretario adjunto, Amichetti, quién en Radio Gráfica justificó el impuesto al salario como una forma de “solidaridad con los trabajadores que no alcanzaron aún un bienestar”. Como si el verdadero propósito de la confiscación impositiva a los trabajadores no fuera paliar el déficit de las cuentas públicas que es el resultado entre otras cosas de la catarata de subsidios a las patronales.
Queriendo corregirse la Verde publica ahora que está en contra de la aplicación de Ganancias al salario (aunque insiste en que es para políticas sociales) y que debe ser sustituida por “impuestos diferenciales a la renta financiera y las mineras”. Para lograr eso –dice - estaría trabajando “con otros gremios hermanos en una propuesta seria y responsable”.
Lo de los bancos y las mineras está muy bien pero así planteado es puro chamuyo de quien busca no sacar los pies del plato oficialista. El segundo punto  de nuestro petitorio exhorta a la dirección ongarista a pronunciarse contra el impuesto y reclamar a la CGT el cumplimiento del prometido paro de 36 horas, por esto y por la devolución de las asignaciones familiares.
La entrevista culminó con el compromiso, ofrecido por escrito, de parte del secretario de organización, Mario Abraham, de incluir a la oposición en la próxima convocatoria al cuerpo de delgados para que podamos desenvolver allí nuestra posición. Contradictoriamente él mismo informó que se había elevado a la FAIGA, en unidad con la federación del interior, el pedido de un 30% de aumento.
La incorporación de un bloque de oposición a un debate más amplio puede ser un paso adelante pero como se lo hizo notar al propio Abraham el mecanismo que defendemos es opuesto a una invitación a refrendar un acta ya acordada. Nuestro método es el plenario de delegados con mandato de taller para votar un pliego y un plan de lucha que lo impulse; solo así la negociación puede superar la componenda, más o menos tensa, en los límites de una oficina para apoyarse en la fuerza de la movilización general y la acción gremial.
Luego de la entrevista, realizamos un breve acto en el que habló Ayala de la Bordó y Viñas de La Naranja, que cerró la actividad llamando a redoblar la agitación y el trabajo de organización en todos los lugares de trabajo.
La marcha peronista que empezó a sonar desde un parlante asomado a una ventana fue inmediatamente sobrepasada por un grito que crece entre los gráficos: “Se va a acabar la burocracia sindical”. 
Miguel Bravetti

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